martes, 3 de febrero de 2015

Diferencias culturales

Casa del viejito
Destacado en círculo rojo: "casa del viejito", junto al Jardín botánico
Hay ciertos matices que, sin duda, marcan grandes diferencias.
Todo nace de la mente, como reza un viejo principio hermético. Eso nos lleva a un concepto que manejamos habitualmente que llamamos mentalidad.
Las comparaciones son odiosas y es por eso que voy a comparar descaradamente. No sólo eso, sino que además invitaré al lector a juzgar, a hacer juicios de valor a partir de unos hechos simples y evidentes. Si no, ¿para qué se han hecho los blogs en combinación con la libertad de expresión y la supuesta libertad digital?
Comparar y juzgar, dos acciones muy incorrectas políticamente que, en virtud de la doble moral que campa a sus anchas por nuestra cultura, son ampliamente utilizadas por los grandes medios y nuestros

jueves, 16 de octubre de 2014

Game Over

Esta entrada se la dedico a mis amigos de Puerto de la Cruz y alrededores, porque el asunto es muy local aunque las conclusiones podrían ser universales. Alguien podrá decir que ya iba siendo hora de publicar algo, a lo que tal vez pueda responder que si el verano, las vacaciones, los cambios de actividad, la crisis... bah! excusas. Será la falta de inspiración. 
Lo cierto es que esta mañana a primera o segunda hora saltó una noticia aquí cerquita que no solo me ha llamado la atención sino que me ha hecho caer en una clásica reflexión: la de como nos transformamos y como se transforma nuestra pensamiento ante el fallecimiento de una persona, sobre todo si se trata de un personaje público o suficientemente famoso en su entorno. Y más allá aún, si al levantar polémica en algún momento de su vida (las acciones siempre tienen sus consecuencias) se ha ganado a pulso sus equipos de

sábado, 21 de junio de 2014

La coronación sin corona

Como de costumbre y haciendo gala de un sutil uso del lenguaje la han llamado proclamación, no sea que los sectores más reaccionarios armen la de dios con la que está cayendo. Aunque no es sólo cuestión de nombre, en efecto nadie ha puesto una corona en la cabeza de nadie ni tampoco fue así hace casi 40 años con D. Juan Carlos a quien hicieron una ceremonia de unción llamada: «Misa de Espíritu Santo» como equivalente a la coronación. Sus razones tendrían, pero seguro que no son las que publicaron a través de los medios en su momento. Está visto que tanto en aquellos días como ahora, para quienes tomaran la decisión política de cómo manejar con habilidad el protocolo para dejar conformes al mayor número posible de ciudadanos es una cuestión de imagen y ahí no se pueden cometer fallos bajo ningún concepto, la imposición física de una corona y toda referencia lingüística a ella no debía ser lo más recomendable. Sin embargo y a pesar del eufemismo, la impresión final que me causa la ceremonia que vi es la de una